Desierto Florido
Este fenómeno, que se repite en promedio cada 7 años, se produce por el agua caída en una zona de el Desierto de Atacama, haciendo que este árido paisaje se llene de colores y vida en un espectáculo único.
La abundancia y variedad de flores es posible disfrutarla en distintos parajes, siendo cada uno de especial interés. “Añañuca» amarilla en el borde costero de Huasco, Lirios y “añañuca» rosada en el área de los Bronces, “añañuca» rojas en Quebradita, «pata de guanaco» en grandes mantos que se pueden observar en la ruta norte de Vallenar, la «garra de león», flor en extinción que florece en el área del parque nacional de llanos de Challe y muchísimo más por descubrir.
Se presenta en todo su esplendor durante septiembre, ya que meses antes sólo se ve el color verde que corona el nacimiento de la vegetación. Posteriormente, viene la germinación de miles de semillas y bulbos que han sobrevivido por años a la sequedad del sector, esperando que una buena lluvia les permita renacer.
Pero el Desierto Florido es mucho más que flores, ya que junto al crecimiento de estas hermosas especies, también llegan insectos y aves que permanecen escondidos durante la sequía para alimentarse de los nutrientes que les provee el efímero jardín. Así se genera un ecosistema digno de admirar, que lamentablemente no se puede predecir ya que depende del lugar donde llueva en el año y la cantidad.
Entre la fauna cabe señalar la presencia de lagartos, la vaquita del desierto, aves, avispas y coleópteros.